Todo lo que le contaría y no le contaría a mi Psicoanalista

febrero 25, 2010

A José

Caramelito de fresa, dulce de limón. Fresco y suave.Tierno e irresistible. Un niño, pero en su ideal más alto. Mimoso, pero sin exceso. Todo lo que pide lo ofrece a cambio. Su mundo, su verdadero mundo, el que le hace sentir y disfrutar es aquel que le hace retroceder a los mejores momentos de su infancia y su niñez; por eso ni son de aquí, ni pertenecen a esta época ni a este lugar.Y cuando algo le tele-transporta a esos momentos tan queridos, sus ojos resplandecen con un fulgor y una belleza sin igual, el “ahora” desaparece y solo puedes entonces, dejarte llevar por él a esos instantes y a esas experiencias que hace tiempo ya, quedaron relegadas en algún sitio lejano dentro de nosotros.

Su universo entero se encuentra entre las películas, los cómics, los dibujos y los libros más tiernos, aquellos que no sabemos cómo dejamos atrás. Y de ello me doy cuenta ahora, cuando él, con su entusiasmo, me introduce en su mundo llenos de fantasías, historias irrealistas, surrealistas, ilógicas, plagadas de monstruos y villanos, héroes, amazonas, princesas, seres mitológicos, robots, platillos volantes u otras galaxias, en las que los valores más puros e inocentes son los más importantes: la amistad, la honestidad, la lucha, la ayuda. ¡Que bueno tener a alguien así cerca para evadirse de la realidad cuando lo necesitas!: no tiene efectos secundarios y siempre se regresa, pero con una frescura renovada. ¡Que estímulo para la imaginación y para el alma! Gracias José por llevarme allí una y otra vez.